La mujer necia es escandalosa,
frívola y desvergonzada.
Se sienta a las puertas de su casa,
sienta sus reales en lo más alto de la ciudad,
y llama a los que van por el camino,
a los que no se apartan de su senda.
«¡Vengan conmigo, inexpertos!
—dice a los faltos de juicio—.
¡Las aguas robadas saben a gloria!
¡El pan sabe a miel si se come a escondidas!»
Pero estos ignoran que allí está la muerte,
que sus invitados caen al fondo de la fosa.
Proverbios 9:13-18 NVI