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martes, 25 de abril de 2017

"La mujer desocupada es un peligro latente para su familia."


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Las nuevas tecnologías han hecho que las distancias se disipen para gran parte de la sociedad, hoy disfrutamos de los beneficios de un teléfono inteligente, que podemos obtener por menos de $100 dolares, en cualquier establecimiento, incluso hasta en los supermercados. Esto ha traído grandes beneficios por que las comunicaciones se han optimizado, hoy podemos tomar nuestro teléfono y comunicarnos con nuestros familiares en el extranjero, tan fácilmente como presionar un botón y esperar unos segundos y listo, ya estamos hablando con nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos etc.

Pero así como un teléfono tiene el poder para crear una hermosa experiencia de cercanía y comunicación con nuestros seres amados, también puede ser un arma capaz de destruir con fuerza y para siempre un matrimonio, una familia, una vida, por que aunque la palabra de Dios dice que Dios hizo todas las cosas "buenas" (Génesis 1:31) la mancha del pecado distorsiona y transforma todo lo que es bueno en algo que puede llegar a ser sumamente malo.

Una mujer desocupada que no atiende su hogar, que no trabaja, que no sirve al Señor, que no invierte su tiempo en buenas amistades, que pasa mas de una hora mirando televisión (excluyendo noticias), que no lee, no estudia, no atiende a sus hijos, y lo mas importante que no ora ni estudia la palabra de Dios, es una candidata perfecta para caer en el engaño de satanás, por que, si no invierte su tiempo en algo bueno, lo esta invirtiendo en algo no bueno, si lo que hace no honra a Dios, entonces lo que hace esta deshonrando al Señor, por ello una mujer desocupada que no atiende los negocios de su Padre celestial, viene a ser como otra mujer mas del mundo, y cuando hablamos de atender los negocios de Dios, no solo hacemos énfasis en aquellas que prestan un servicio en su iglesia local, hablamos tambien de aquellas que mientras debieran estar orando, ayunando, leyendo la palabra de Dios, congregándose y hablando a otros de las maravillas del Señor, invierten su tiempo en "comunicarse" con personas conocidas o desconocidas en las redes sociales, personas que lejos de ser sus familiares, pueden llegar a ser completos extraños de los cuales ni siquiera conocen su nombre real, por que muchas de las personas que navegan por Internet son completas mentiras vivientes, aun sus nombres llegan a ser falsos, y son en esos extraños en quien deciden invertir su valioso tiempo, que dicho sea de paso, si usted es propiedad del Señor, ese tiempo ni siquiera le pertenece como tal.

Mujer, las consecuencias por entablar una conversación, con un hombre que no es tu esposo, son fatales, y digo fatales por que puede producir la muerte de tu matrimonio, puede producir daño irreparable en tus hijos, y estragos imborrables en la vida de tu cónyuge, por que la infidelidad no es solo un acto sexual que se llega a cometer con un hombre que no es tu marido, la infidelidad se empieza a gestar en tu mente, (Mateo 5:18) cuando empiezas a comparar a tu marido con otro hombre, cuando empiezas a ver cualidades en otros hombre que deseas que tu marido tenga, y va creciendo, cuando decides voluntariamente entablar una "relación" intima, o personal con un completo extraño que no pertenece de ninguna manera a tu relación marital, la cual es exclusivamente de dos personas, tu y tu esposo.

Proverbios 3:7 nos dice "No seas sabio en tu propia opinión; teme al SEÑOR, y apártate del mal" una mujer temerosa del Señor, evitara situaciones que pongan en riesgo, primero que todo su relación con Dios y su relación con su esposo, una mujer que su temor es El Señor, no estará "desocupada" pues invertirá su tiempo completo en atender sus necesidades espirituales, tales como la oración, la lectura de la palabra, las necesidades de su esposo, sus hijos, su hogar, su trabajo, tal como la mujer virtuosa que nos describe proverbios, quien mas que ser una mujer afanada, era una mujer diligente que atendía sus obligaciones con amor, y con temor reverente al Señor.

Oración: Señor ayúdame a ser una mujer diligente que no pierde su tiempo, sino que lo redime al máximo, cuidando de la relación que tengo contigo, de mi esposo, mis hijos, mi hogar y mi trabajo. Amen.

"El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño." Proverbios 22:3






Karla Lopez

¡Hijas de Sara!


Como ya sabemos, existen diferencias entre como el hombre y la mujer experimentan el amor. Para la mujer un ramo de rosas, un par de lineas escritas en un papel, una cena con luz tenue, y un hombre cariñoso, amoroso y expresivo en sus sentimientos, puede significar amor, mientras que para un hombre esos detalles podrían no ser necesarios cuando se trata de recibir amor, ya que el hombre necesita un elemento clave para sentirse amado por su esposa y es el respeto.


La palabra nos habla del amor que Sara le entregaba a su esposo Abraham, y nos dice que ella era obediente y lo respetaba de tal manera que lo llama "señor"... para aquellas mujeres que no encuentran satisfacción en obedecer a Dios y su palabra, verán este acto de amor poco llamativo, incluso hasta podrán burlarse de la actitud de Sara, pero para aquella esposa temerosa de Dios, que desea con todo esmero cumplir con la voluntad del Padre, imitar a Sara sera un propósito que cumplir, se convertirá en su deseo cada día, y practicará el respeto hacia su esposo cada vez que le sea posible, y si no esta totalmente segura de qué es lo que debería de hacer para mostrarle su amor a través del respeto y la obediencia, buscará información, a través de la palabra, de la investigación, de la mentoria de otras mujeres; y su deseo por ser ¡Hija de Sara, se cumplirá!


Oración:
Señor ayúdame a ser una esposa como Sara, que pueda obedecer a mi esposo sin ningún temor a ser menospreciada, o desvalorizada, mas bien, dame la seguridad de que al hacerlo, al respetarlo, yo recibiré de el, el amor que tanto ansío."


"Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba «señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer."
1 Pedro 3:6

Karla Lopez