Radio en Vivo

lunes, 18 de julio de 2016

Tenemos un arma en casa!

El Señor nos mostraba algo esta mañana y quisiéramos compartirlo con ustedes.
Estaba en una parada de autobús y estaban dos niñas sentadas esperando que pasara el bus, con sus mochilas puestas en la espalda, había una mujer parada a un lado de ellas con un niño en brazos, la mujer era relativamente joven tal vez unos 35 años, y yo estaba parada detrás de las niñas, ellas estaban conversando allí juntas pero en un momento se pararon y se dieron una abrazo, una de las niñas era mas pequeña que la otra, digamos que la mayor tendría 16 años y la otra algunos 10 añitos, y miraba como se abrazaban y mi primer pensamiento fue que se estaban despidiendo, pero se reían y se abrazaban de nuevo era como un coqueteo, entonces me di cuenta de que no era una despedida de amigas, y cuando veo de nuevo las dos niñas se estaban besando, entonces las seguía mirando ya extrañada por lo que pasaba, y y la mujer que estaba cerca de ellas las miro también pero se sonrió nada mas y saco un papel que puso en la banca donde ellas estaban sentadas, pero acomodo el papel para justo yo lo pudiera leer de mi lado, así que empece a leer sin decir nada y era un papel legal, digo esto por que había sellos allí, entonces lo leí y lo que básicamente decía es que se les otorgaba permiso a los jóvenes mayores de 16 años (hombres y mujeres) a tener una relación formal y legal de noviazgo con personas de su mismo sexo, y también permitía la exhibición publica de demostraciones de amor de dicha relación.


y cuando termine de leer la mujer me miro como desafiándome o esperando a ver que yo decía, entonces le dije, "usted es mama de alguna de estas niñas?" y me dijo "si, soy mama de ella (apuntando sobre la mas pequeña" y le dije "ese papel puede decir lo que quiera pero su hija se mira muy pequeña" y mientras esta conversación se daban las niñas seguían besando y tocándose, y moví el brazo de la pequeña y le dije "cuantos años tienes tu?" y rápido como asustada buscaban la mirada de su mama como buscando la respuesta y la mama me dijo "que no leyo el papel?, mi hija tiene 16 años ya" y la niña me miro a los ojos asustada y me dijo "tengo 16 años" y seguí diciéndole "tu no tienes 16 años, ella si los tiene (apuntando yo a la otra niña) pero tu estas pequeña tu carita se mira tan inocente, tus facciones son muy dulces, no dejes que esta niña te toque y te bese" y la niña pequeña empezó a llorar, y la niña mayor me voltio a ver muy molesta, junto con la mama de la niña pequeña.. yo me fui de ese lugar sintiéndome tan responsable, tan triste, tan alarmada también por las imágenes de esas dos niñas.


Pienso que eso, esta pronto a pasar, ya los niños hoy están tan informados acerca de que son libres de elegir lo que desean ser con respecto a su identidad sexual, que nada les impide hacer una exhibición publica de su elección, lo que me causa incomodidad es la actitud de la madre, esa mama que no es capaz de defender la identidad de su hija, que aun teniendo a favor de ella la ley (hablando del caso que antes mencione) no es capaz de poner un limite, sino que ella misma abre el camino para que fácilmente su hija pequeña entre en esa controversia y confusión de su identidad sexual que nace desde el corazón de satanás quien ha venido a matar, a robar y a destruir todo lo que Dios ha establecido.


Si es verdad que usted y yo debemos orar por esta situación, pero también es nuestra responsabilidad poder llevar a nuestros hijos al conocimiento de Dios y su Reino, hacerles saber sin importar la edad, que nuestra vida como familia, e individualmente esta regida por la Palabra de Dios, haciéndolos conocedores también de las mentiras que satanás hoy en día habla sin ningún tipo de compasión, trayendo confusión a grandes y pequeños por igual con el fin de destruir nuestra sociedad.


Hoy una persona es considerada adulta a los 18 años en la mayoría del mundo, pero puesto que las leyes cambian de un día para otro, según "las necesidades de la sociedad" no es de sorprendernos si pronto se declara mayor de edad a un niño de 10, o de 15 años.


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